sábado, 12 de octubre de 2013

Tomás Carrasquilla según Baldomero Sanín. Parte I


El Departamento de Antioquia, por haber subsistido casi aislado del resto de la República, durante unos ochenta años, a causa de lo montañoso de su suelo y de lo rudimentario de sus caminos, tuvo, puede afirmarse, una literatura propia que sin pretensiones de regionalismo se diferenciaba en lo exterior de las formas literarias predominantes en otras regiones del país. Desde que se fundó la República había en aquellas partes un gran interés por el cultivo de las letras. Ya entre 1870 y 1880 publicó Juan José Molina, hombre de gusto y mejores intenciones, una colección de artículos literarios, verso y prosa, que por el volumen y la calidad de algunos de los escritos en él contenidos, servía para mostrar, tal vez no el adelanto a que habían llegado allí las letras, pero sí el empeño con que eran cultivadas por los antioqueños. Había hojas literarias de mucho mérito y de larga vida como El Oasis y solían aparecer de cuando en cuando volúmenes de poesías como las de Gutiérrez González, y novelas y comedias de significado menos importante.

De modo que hubo una tradición literaria en aquella comarca que puede definirse con los caracteres del amor al suelo, a la lengua del pueblo, y a las tradiciones de igualdad entre todos y respeto mutuo. Tomás Carrasquilla nació en 1858 en Santo Domingo, ciudad serrana de aquel departamento y notoria en un tiempo por el amor al estudio de sus hijos. Da Carrasquilla en su obra testimonio de las tres cualidades ya señaladas en la literatura comarcana.

Empezó a escribir a los 24 o 25 años de edad, y desde sus primeros trabajos hizo patentes en narraciones cortas su afecto a los humildes, su admirable poder en la descripción de las costumbres y ambientes de las clases desfavorecidas y su profundo conocimiento del lenguaje usado en esos medios. Ya desde entonces se podía augurar que con él tendría la región un estilista de gracia y fuerza superiores.

En 1896 publicó Frutos de mi tierra, novela de alguna extensión y de un gran valor descriptivo y sentimental. La novela pasa en la capital de Antioquia y retrata con un vigor, encanto y verdad sorprendentes las costumbres de esa ciudad por los años de 1880. Hace vivir el alma de un niño que viene siendo el personaje principal de la novela. Este libro fue una revelación en que quedaron patentes las facultades excepcionales de un pintor de las costumbres como no lo había habido entre nosotros y un maestro de estilo personalísimo y dueño de los infinitos recursos que ofrece el idioma a quienes lo poseen a fondo.

Frutos de mi tierra pertenece a la corriente naturalista morigerada por el prestigio de algunos escritores españoles como Pereda y Emilia Pardo Bazán y hondamente influida por la marcada personalidad del autor. Puede decirse que toda su obra cae bajo esta denominación, no sin hacer presente que en su idiosincrasia estaba la tendencia a pintar el mundo y la naturaleza humana por los procedimientos que ilustraron autores como Flaubert y Zola; pero estudiando a fondo el estilo y la creación de personajes en Carrasquilla, surge naturalmente la idea de que él habría sido naturalista, si el naturalismo no hubiera existido antes de la llegada de este autor al mundo de las letras.

www.frailejoneditores.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario