viernes, 23 de febrero de 2018

Critica literaria del libro "Pudo Ser así" de Mario Duque



Hola Iván,

Recibí Pudo ser así, el libro de cuentos de Mario Duque. Me gusta que te lances de vez en cuando a publicar autores nuevos de narrativa. Tal vez es una tarea un poco más ardua que la de publicar poesía. Sobre todo si se trata de cuentos, que, si los canales de circulación siguen funcionando como en mis épocas de editor, son tan difíciles de promover como los versos.

Me sorprendió el libro. También me desconcertó. En primer lugar, porque está muy bien escrito. La armazón, la carpintería de los cuentos, es muy sólida; cada cuento se lee de un tirón hasta el final. Tiene una cualidad narrativa, una fluidez y un ritmo que facilitan y hacen muy grata la lectura. Hay un cuidado en los detalles que le da verisimilitud.

Pero a mí, no sé muy bien por qué y de allí mi desconcierto, algo me impide entrar de lleno en la historia, hacer ese pacto de lector y suspender del todo mi incredulidad; no sé si porque tenía en mente que debería darte mi opinión o por lo bien construidos, y porque esa construcción deja adivinar detrás un plano, un manual de construcción, tomado de lecturas muy bien hechas de los grandes cuentistas, en especial latinoamericanos, y sobre todo de Cortazar y Borges. Tal vez percibo el reflejo del taller de escritura creativa. O porque los primeros cuentos, tan cuidadosamente ambientados en España. Inglaterra o México, me recuerdan las clases de castellano en la universidad en las que el poeta Fernando Arbeláez se preguntaba dónde habría encontrado en los alrededores de Popayán el poeta Guillermo Valencia los camellos que recorrían los arenales de Nubia para llegar a su poesía. Me parece que si hubieras puesto al principio los cuentos que se desarrollan en Medellín alrededor del asesinato de Gaitán yo me hubiera dejado atrapar más por el libro, quizás porque estos cuentos no son tan perfectos, o porque ese Medellín de 1948, aparentemente más cercano para Duque que el escenario de los primeros cuentos del libro, lo mete más personalmente en la narración, dándole una mayor credibilidad pues lo hace naturalmente y no tiene que construirla con una meticulosa investigación. No significa que no pueda ocuparse de esos temas, sino que cuando lo haga no tenga que poner en primer plano ese esfuerzo por ser creíble.

En todo caso este es un primer libro notable, con unos muy buenos cuentos que disfrutará cualquier lector, y que con toda probabilidad podrá disfrutar dentro de muchos años ese mismo lector o uno nuevo. Un libro que pone en escena un autor al que hay que prestarle atención.

Moisés Melo G.


Bogotá, 19 de enero de 2018


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